Cuando se habla de placer sexual masculino, son muchos los que piensan que alcanzar el clímax tiene que ver directamente con la eyaculación.
Y aunque ciertamente en la mayor parte de los casos los hombres experimentan el orgasmo en simultáneo con la eyaculación, no necesariamente debe ser así pues entre ambos conceptos existen diferencias, aquí algunas de ellas.
1. Por orgasmo se
entiende el momento culminante del placer sexual, que ocurre tras recibir la
estimulación adecuada. El orgasmo incluye una contracción de los músculos
genitales y el aumento de la frecuencia respiratoria, acompañada de
una intensa sensación de placer generalizada.
2. Normalmente,
al alcanzar el orgasmo el hombre también expulsa el líquido seminal, un proceso
que se conoce como eyaculación y que lleva a la culminación del acto
sexual, relajando el área genital, haciendo que la sangre abandone el pene para
poner fin a la erección, al tiempo que se relaja el cuerpo entero.
3. Como
queda claro se trata de dos procesos distintos que se suelen dar en conjunto,
por eso existe una confusión generalizada en creer que al eyacular el hombre ha
alcanzado el orgasmo, pero la sorpresa es que no siempre en así. Es
posible eyacular sin sentir todo el placer que genera un orgasmo, al igual que
se puede alcanzar el orgasmo sin eyacular, como ocurre frecuentemente en
prácticas como el sexo tántrico.
4. Aunque
la idea de ser multiorgásmicos es asociada normalmente a las mujeres,
para los hombres también es posible experimentar varios orgasmos antes de
eyacular. Sin embargo, esto requiere de concentración y en la mayor parte de
los casos de un gran trabajo previo para controlar el cuerpo y la mente sin
sacrificar las sensaciones de placer. Un sexólogo, e incluso
quienes utilizan el tantra en el sexo pueden guiar a cualquier hombre que
desee probar esta experiencia.
5. En
los casos en los que el hombre cuenta con eyaculación retrógrada, es decir
que el líquido seminal no se expulsa por el orificio de la uretra, es
completamente posible alcanzar el orgasmo sin que exista eyaculación.
6. Por
otra parte se puede eyacular sin sentir el máximo placer que se
experimenta con el orgasmo. Un caso común que sirve como prueba de esta
idea es cuando, debido a la estimulación, el hombre siente deseos de eyacular,
pero al intentar frenarla con pensamientos que no sean de carácter erótico a
pesar de ello la eyaculación ocurre, pero dado que el hombre no estaba
completamente concentrado en la situación y el estímulo sexual, la sensación de
orgasmo y placer es mucho menos intensa.