Las diferencias continúan: las mujeres transmiten el ADN mitocondrial, (es el ácido desoxirribonucleico) los hombres no, ellos acumulan
grasa en el abdomen, las mujeres en las caderas y los senos, los hombres
conservan cierto grado de fertilidad hasta la muerte, ellas no, hay
enfermedades exclusivamente masculinas de mayor riesgo que en el género
femenino y no pasa nada. Solo somos diferentes, es nuestra naturaleza.
Hay un sexo femenino y uno masculino y pese a que somos unos de los
mamíferos con menores diferencias intersexuales, muchas se mantienen vigentes.
¿Pero cuál es la razón por la que las mujeres hablan más que los
hombres?
Un estudio realizado en la Universidad de Maryland Baltimore, EE.UU.,
parece responder con bastante exactitud a esta eterna, y a veces graciosa
pregunta de los hombres respecto a la inagotable capacidad de las mujeres para
hablar, no podemos perder de vista que, según las investigaciones, las mujeres
tienen que cumplir con sus aproximadamente 20.000 palabras diarias... sí, nada
más y nada menos que 13.000 palabras más que los hombres.
Este estudio concluyó que se debe a que la mujer tiene altos niveles de
proteína FoxP2 en el cerebro, también conocida como “la proteína del lenguaje”,
según el estudio publicado por la revista Journal of Neuroscience.
Para llegar a estas sorprendentes conclusiones, los expertos analizaron el
comportamiento lingüístico de diez niños y niñas de entre tres y cinco años.
Las diferentes pruebas demostraron que las niñas tenían un 30% más de la
proteína FOXP2 que los niños. Asimismo, es de suma importancia señalar que la
Foxp2 se localiza en una zona del cerebro clave para el desarrollo del
lenguaje de los seres humanos.
Otros estudios anteriores ya habían demostrado que las niñas aprenden a
hablar antes y más rápido que los niños. Ellas pronuncian sus primeras palabras
antes, teniendo un vocabulario más amplio y utilizando una mayor variedad de
palabras que los niños de la misma edad.
Esto concluye que el hecho de que las mujeres sean unas profesionales en el
arte de hablar no se debe a que tengan mucho que decir sino a la proteína que
hay en el cerebro, una explicación sensata que los dejara sin palabras.