Del latín
seductĭo, la seducción es la acción y efecto de seducir. Esto supone la
capacidad de inducir a una persona a que realice una determinada acción o
participe en un determinado comportamiento. La seducción, por lo tanto, está
asociada a la persuasión.
Cómo funciona la seducción
A lo largo de la historia, han existido multitud de hombres y mujeres que se han considerado como auténticos maestros de la seducción. Este sería el caso, por ejemplo, de Cleopatra, la que fuera la última reina del Antiguo Egipto, o del escritor y aventurero veneciano Giacomo Casanova. Un personaje este último que parece ser, llegó a conquistar a 132 mujeres, de ahí que en la actualidad cuando se defina a un hombre como muy seductor se le llame casanova.
Muchos son
los consejos y trucos que se establecen, que ejercen como magníficas armas de
seducción. No obstante, entre todas ellas destacaríamos una bonita sonrisa, una
mirada penetrante, unas leves caricias que no intimiden ni acosen o unas
palabras suaves, cercanas e interesantes.
Todo ello
sin olvidar tampoco que, de igual modo, se convierten en instrumentos vitales
para seducir el tener sentido del humor y hacer reír a la persona a la que
queremos seducir, el estar seguro de uno mismo, el mantener cierto aire de
misterio e indiferencia en un primer momento o el tener paciencia.
Así será como se consiga “seducir” a la persona que deseamos. No obstante,
luego en la intimidad de la habitación hay que apostar por desplegar otra serie
de trucos de seducción para conseguir que la magia surja entre ambos. En este
caso, los expertos recomiendan en llevar a cabo un masaje erótico, el susurrar
palabras al oído, besar de manera apasionada y el disfrutar de toda una amplia
gama de juegos preliminares.
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