Teóricamente hablando, el
orgasmo es la descarga de la excitación sexual, y se caracteriza por sensaciones
muy placenteras, seguidas de un estado de relajación. Tanto el orgasmo
propiamente como el “relax” posterior pueden ser muy notables en algunos casos,
y menos evidentes en otros.
Muchas veces los medios de
comunicación describen el orgasmo femenino como una exaltación de un momento
explosivo y espectacular, lo que en la práctica no siempre ocurre. Esa
distorsión social confunde a muchas mujeres que, teniendo realmente orgasmos,
creen que en realidad carecen de esa capacidad al subestimar sus propias
manifestaciones físicas y psíquicas.
Pero sigamos hablando de los
signos de un orgasmo femenino. Uno de los más claros son las contracciones
involuntarias y rítmicas de los músculos que rodean a la entrada de la vagina.
Esos espasmos, que suelen ser entre 5 y 15 con intervalos muy breves, a veces
son percibidos por la pareja al presionar sobre el pene. También hay un notable
aumento de la frecuencia cardíaca y palpitaciones, y una reacción de
transpiración especialmente en la frente.
Otro de esos signos, no tan
frecuente en la mujer, como es la eyaculación femenina. Puede ser una expulsión
de fluido eyaculatorio notoria, o también más leve y confundirse con orina, lo
que dicho sea de paso resulta vergonzante para la mujer. Otro dato importante
es que apenas la mujer tiene su orgasmo el pezón se arruga, ya que su
congestión y erección producida por los estímulos sexuales cede rápidamente
tras las contracciones orgásmicas.
Espero que estos datos te
permitan conocerte mejor, entender tu cuerpo y facilitar tu camino al orgasmo,
sin dudas una de las sensaciones más especiales de la vida erótica.
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