Señores
si tan solo supieran que con tratar a una mujer como una princesa la
enamorarían casi que instantáneamente, seguramente aprenderían a ser más
románticos.
Así es
las mujeres adoramos ser tratadas como princesas y con esto no quiero decir que
tengan que hacer todo lo que digamos, ni que haya que invertir una fortuna para
tenernos contentas, lo que ocurre es que hoy en día se han perdido
toda clase de modales hasta para conquistar a una mujer, donde quedo el
¿quieres ser mi novia?, o el pasar a recogerla, o dejarla en la puerta de
su casa, o abrirle la puerta del carro, y ni que de decir de correrle la silla
en la mesa, todo eso está perdido, y a echo que se pierda toda la magia en
una relación, ya casi que enamorarse es por instinto y no porque lo
cultivemos en nuestro corazón de ahí que cuando
decidimos desterrarlo tan poco es que cueste mucho
porque los recuerdos no es que sean los mejores.
Qué bueno sería retomar el tema de la conquista, el aprender y querer una persona antes de llevarse a la cama. no está de más saber cómo se llama, que hace, que le gusta, una serie de detalles a los que le hemos restado importancia actualmente y que ha llevado consigo directo al fracaso las muy mal llamadas relaciones exprés.
Pensemos que, así como
nos gustaría que nos trataran así debemos tratar a
los demás y sobre todo si esa persona nos interesa como
posible pareja, que tal volver a los detalles de la flor, o unos chocolates que
además de ser un bonito detalle genera en
nuestro cerebro reacciones positivas, porque
no halagarnos mutuamente no con el interés de recibir
algo a cambio sino por el simple hecho de hacer sentir bien al otro.
Todos
en cierta manera somos los culpables de que las relaciones no funcionen hoy
en día, tenemos devaluado el romance, pereciera que ya está mandado a
recoger, cuando en verdad es la clave y no tan secreta no para conquistar sino
para enamorar, aunque parezca sencillo no lo es tanto por que para llevarlo a
cabo realmente tiene que haber buenos y sinceros sentimientos de por
medio, quizás si piensas un poco en modificar
tus técnicas de enamoramiento seguramente tendrás mejores
resultados y por qué no dejar de ser el sapo del cuento para convertirte
en el príncipe azul.
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