LAS CUATRO ETAPAS SEXUALES DEL HOMBRE

las-diferentes-etapas-sexuales-de-los-hombres



¿A qué edad funcionan mejor los hombres?

 

El clímax sexual en los hombres está más relacionado con la motivación que con la edad a los 20 les sobra libido, a los 30 experiencia y a los 40 buscan nuevos estímulos en la cama.

La mayoría de los sexólogos coinciden en que existen cuatro edades sexuales en el hombre, que comienzan a los 15 años y terminan a los 70. En ellas, el deseo persiste, pero no se vive con igual intensidad. 

El sexo está presente en nuestras vidas desde que nacemos hasta morirnos, y su evolución es diferente tanto en hombres como mujeres. Y es precisamente en ellos donde las edades sexuales están mucho más marcadas. 

Alguna vez se han preguntado ¿Qué deseos ocultan a los quince años?, ¿Cuándo viven su mayor esplendor sexual?, ¿Cuándo comienza a disminuir su potencia sexual? Especialistas han señalado que existen 4 edades sexuales. 


  

1. Menor de 25 (varón joven): Potencia sin control

 

La adolescencia y pos adolescencia se caracterizan principalmente por una gran potencia sexual, a la que muchas veces se da salida a través del onanismo (masturbación). Sin embargo, los cambios físicos y psíquicos que se van produciendo hasta la llegada de la edad adulta provocan cierta inestabilidad sexual. 

El exceso de energía en el adolescente produce erecciones involuntarias y poluciones nocturnas. Pese a que la virginidad se pierde cada vez a más temprana edad, el tramo entre los 15 y los 25 es un periodo en el que aún se experimentan nuevas sensaciones y obtiene una gran importancia debido a que la vida sexual estará marcada siempre por estos primeros pasos.

 

Especialistas en sexología señalan que “Estos años son cruciales para los hombres, ya que responden instintivamente a los estímulos eróticos, siendo tan frecuente la bi sexualidad como la eyaculación precoz, sobre todo en relaciones esporádicas”. Además, indican que “En la adolescencia lo que sobra es libido, y ese es el problema: hay un exceso de excitación sexual y abunda la eyaculación precoz, que también se da por la mayor sensibilidad del pene o el miedo a ser descubierto”.

 En este sentido, “La disfunción eréctil viene dada por motivos puramente psicológicos, en algunos casos la ansiedad genera una vasoconstricción lo que provoca una disfunción eréctil psicógena e intermitente, dependiendo de la situación y de la pareja”, afirma el psicólogo y sexólogo Víctor Cáscales.

 

2. Entre 25 y 30 años (adulto joven): Experiencia y satisfacción

 

En este periodo, que se extiende hasta los 40, cristaliza la identidad sexual y aumentan la autoestima y la necesidad de tener contacto físico. La potencia sexual es alta pero moderada por la estabilización del carácter. Las erecciones son menos frecuentes y tardan algo más en llegar a su cumbre (entre 10 y 15 segundos) y el ascenso testicular es ligeramente más lento. 

La masturbación no es igual como en la adolescencia, existiendo una disminución de ésta pese a que aumenta el consumo de pornografía. Los problemas más frecuentes son enfermedades venéreas, mala utilización de los métodos anticonceptivos y adicción al sexo y a las drogas sexuales. 

 Los años de experiencia, en este periodo, convierte el acto sexual en una materia dominada, así lo señala el doctor Valdebenito, quien puntualiza en que “El hombre cree que nace aprendido, y poco a poco se da cuenta de que no es así: el acto sexual va mejorando con la práctica”. 

La sexóloga psicóloga Miren Larrazábal señala que “Lo psicológico tiene incidencia en lo orgánico, y lo orgánico en lo psicológico. Los problemas de erección a esta edad no son sólo una cuestión mental”. 

 

3. Entre 30 y 55 años (adulto maduro): Madurez y deseo

 

En este tercer periodo se puede visualizar la crisis de los 40, la cual se dispara notablemente en el deseo sexual psicológico, pero el cuerpo no siempre obedece las órdenes del cerebro. A partir de los 45, comienzan los problemas de confianza al momento de tener relaciones por lo que se recurre a los medicamentos que garantizan la respuesta eréctil. 

Entre los 45 y los 55 años aumentan los casos de infidelidad principalmente por el aburrimiento, ya que en este periodo comienzan a aparecer esas perversiones que ya no provocan sentimientos de culpa. La masturbación apenas existe y la necesidad de conquista supera al mismo deseo. 

En cuanto a las erecciones, el pene tarda unos 20 segundos en ponerse completamente duro, disminuye su turgencia y se alarga el periodo entre erecciones. Uno de los grandes problemas en esta edad es aceptar que se es demasiado joven para usar viagra y muy viejo para tener una respuesta eréctil instantánea.  

La clave es, como lo señala el sexólogo Mario del Valle, adaptarse a la nueva situación: “Muchos hombres piensan que su pene es como su mano, y no es así; el pene tiene su propio impulso y no reacciona a las órdenes, sino a los deseos”. 

Ante este panorama, el psicólogo sexólogo Miguel Ángel Cueto recomienda “modificar las actitudes negativas, afrontar la madurez y asumir una responsabilidad sobre los problemas sexuales y su solución”.

 

4. Mayor de 55 años (adulto mayor): Sexo después del sexo 

 

Como dice el sexólogo Francisco Cabello, “la sexualidad en edades maduras es diferente pero no inexistente, no subimos las escaleras a la misma velocidad con 60 años que con 30, pero las subimos”.  

En este periodo el tiempo no pasa en vano, ya que a partir de los 75 años la erección puede tardar hasta cinco minutos en llegar a su cima, cuesta mucho llegar al orgasmo y el pene exige una estimulación mucho más prolongada para alcanzarlo. 

El doctor Felipe Casanueva asegura que, “no existe la andropausia como fenómeno similar a la menopausia femenina”, es decir, los cambios que experimentan los hombres a partir de los 50 años son menos significativos que los de las mujeres: los niveles de testosterona se reducen muy poco, pero sí baja la producción de semen y espermatozoides y también el deseo sexual.  

Los sexólogos de Bayer Healthcare coinciden en recomendar para los trastornos sexuales de esta edad un tratamiento farmacológico que aúne testosterona y vardenafilo, con el objetivo de “recuperar la erección, maximizar el estado físico y mejorar el estado anímico en general”.  

Lo anterior, en el terreno físico, pero en cuanto al mental, la psicóloga Charo Valdés Santoja afirma que “del estado de salud y del conocimiento de cómo afectan determinadas enfermedades a la vida sexual depende que se pueda producir incluso un enriquecimiento de la sexualidad”.